¡BIENVENIDO/A AL ESPACIO WEB DEL GRUPO ANARQUISTA STAR!

Acabas de entrar en el espacio web del Grupo Anarquista Star, una agrupación madrileña de la Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (FIJA). El objetivo de esta página consiste en divulgar nuestro trabajo y facilitar el contacto con grupos e individualidades anarquistas de Madrid que sientan la inquietud de organizarse junto a otros grupos e individualides de su localidad y de toda la Península Ibérica, incluyendo todos aquellos territorios sometidos a la jurisdicción de los Estados español y portugués.

Hemos habilitado una sección para aquellos/as que queráis saber más sobre nosotros/as.

Encontrarás también información sobre actividades libertarias organizadas por nuestro grupo o englobadas dentro de alguna campaña de la FIJA, al igual que actos ajenos de especial interés. Podrás leer y descargar textos firmados o publicados por nuestro grupo, desde panfletos a folletos, pasando por análisis, comunicados... También podrás informarte sobre el material que tenemos en distribución.

Asimismo, queremos promocionar proyectos de diverso tipo con los que simpatizamos, entendiendo que en esta lucha por una sociedad sin clases caben múltiples iniciativas, siempre y cuando conserven la indispensable armonía entre medios y fines.

Para lo que sea, escríbenos a: grupostar.fija[arroba]gmail.com.

¡Salud, Organización y Revolución Social Anarquista!

domingo, 14 de junio de 2009

EL FIN DE LAS CÁRCELES ES EL FIN DEL PRESISTA

Este texto, de autores anónimos, ha sido extraído de Jake Libertario nº 19, FIJL, 2002. El Grupo Anarquista Star, adherido a la FIJA, lo ha reeditado bajo el aspecto de un folleto que se está distribuyendo por algunos actos y espacios antiautoritarios de Madrid.

En los últimos años, en nuestros medios, se ha venido hablando constantemente de presos en lucha, de huelgas de hambre, de rebeldes sociales, de reivindicaciones (la abolición del FIES y tres más, que sabemos os la sabéis de carrerilla)...

Partiendo de que algo de lucha real ha habido en todo esto, queremos hacer una crítica (más corrosiva que constructiva) a lo que está siendo el "fenómeno presista" para tratar de discernir enre lo poco que ha habido de lucha y comunicación real, y lo mucho que ha habido de folklore o "lucha simulada". Sobre todo queremos hacer una mención especial a esa lucha y que a día de hoy se han convertido en parte importante del fenómeno presista.

¿Qué entendemos por “fenómeno presista”?

Para poner en situación, aunque probablemente sea más que conocida, haremos un breve resumen de lo acontecido. Antes de 1999 había algunas pocas personas y grupos que mantenían contacto (mediante correspondencia y visitas) con presos, pero fue a raíz de la primera Huelga de Hambre Indefinida (y colectiva) cuando se dio a conocer a todo el entorno-movimiento libertario (antiautoritario o antirrepresivo) la situación en las cárceles.

Es evidente que a partir de entonces salieron como champiñones los grupos de apoyo a presos, las publicaciones repletas de comunicados y de direcciones de "compañeros presos"... En bastantes ciudades se realizaron acciones de apoyo a los presos y en solidaridad con sus reivindicaciones. El lema fue: "¡¡Su lucha es nuestra lucha!!". Y eso estuvo bien... Mientras hubo lucha, claro.

Desde entonces ha habido varios encuentros "anticarcelarios" en los que se ha podido divagar a gusto sobre nuestro papel en esta lucha y sobre cómo podiamos extenderla. Todo quedaba en una bien intencionada, pero abstracta, declaración de propósitos: difusión, coordinación y futuras cajas de resistencia.

La coordinación conseguida siempre ha sido la mínima, la estrictamente imprescindible para que todo el tinglado no se hundiese. Y a lo que hemos llamado coordinación no es más que al esfuerzo constante de contadas personas, que curiosamente son las que menos han hecho gala del estúpido protagonismo que tanto abunda ahí.

Y, en cuanto a las famosas cajas de resistencia... Se trató el tema, se especuló, se insinuó, pero se tuvo que recordar que de ello no se habla, SE HACE.

Lo que sí se logró fue la extensión-difusión de la pseudo-lucha, pero solo cuantitativamente (ningún avance cualitativo hemos apreciado). Fueron muchas las personas que empezaron a cartearse con compañeros (y no tan compañeros) que están prisioneros del odiado Estado capitalista y opresor. Y muchos, también, los presos que hicieron lo mismo con los nuevos compañeros de la calle. Todos se convirtieron en "queridos amigos" y se dijeron "salud, compañero"... Pero, ¿y después qué?

Decimos lo de pseudo-lucha porque pensamos que escribir dos docenas de cartas al mes y hacer un par de visitas al talego no puede ser considerado como una lucha o enfrentamiento (con lo cual no estamos diciendo que deje de hacerse, sino tan sólo que no se pretenda hacer ceer que es esa práctica lo más subversido y revolucionario que podamos hacer).

Además, muchos parecen olvidar que se trata de una "lucha" parcial. No por ello queremos relegarla a un segundo plano, sólo queremos recordar que mientras haya Estado-capital habrá cárceles (aunque varíen o se transformen), mientras haya obsesión-alienación habrá presos (tanto dentro como fuera de los muros).

En los 80' fue la insumisión; en los 90', la okupación, y ahora es el presismo. Parece ser que en cada momento nos dejamos arrastrar por la lucha "que se lleva", como si de una moda se tratase, sin ser capaces de practicar nuestra resistencia-ataque en todos los frentes.

En su momento, desde los Colectivos, Grupos e Individualidades anarquistas no se planteó una estrategia de lucha anticarcelaria desde una práctica anarquista, nos dejamos llevar por las formas que más tarde configurarían el fenómeno presista.

Cuando hablamos de presismo no nos estamos refiriendo a la lucha contra las cárceles desde una óptica revolucionaria y desde una práctica tan real como radical, sino a todas estas prácticas, que ya son costumbres para muchos, que se supone consisten en el "apoyo a los presos" considerado en abstracto. Es decir, que el presismo es aquello en lo que ha quedado reducida y desvirtuada la lucha contra las cárceles.

Algunas de las características que más no llaman la atención de este apoyo presista son las que siguen:

Idealización, casi mitificación, de los "compañeros presos"

Aparte de que muy poco criterio usamos al considerar a alguien compañero sin apenas conocerlo (¿será que no suponen mucho para nosotros Ios compañeros o que, previamente, hemos vaciado de contenido el término?), hemos observado una progresiva idealización de quienes, desde dentro de las cárceles, protestan por las condiciones que la Institución Exterminadora les impone. Todo aquel cuyo nombre siga a un comunicado, ya está en lucha. Todo aquel que pase un día sin comer o sin salir al patio, también lo está. Y así, con la colaboración de nuestras imparables ganas de ir sumando, hemos confeccionado unas extensas listas de "presos en lucha", listas que son más ficticias que extensas porque cuando nos hemos puesto en serio a confirmarlas han aparecido más tachones que nombres.

Esta actitud de sumar adeptos a nuestra causa e idealizarlos es la herencia de la engañosa ley del número y la cultura de la masa. Para Ios marxistas clásicos y Ios neo-marxistas (también aún para muchos ácratas), la clase obrera o el proletariado era aquel ente casi místico que, independientemente de lo que hiciese o cómo lo hiciese, era revolucionario en sí mismo y por naturaleza. Pues de igual modo, para Ios presistas, el preso en general, y "los compañeros presos" en particular, son, si no revolucionarios, sí rebeldes por definición.

Claro que en las cárceles hay algunos pocos compañeros anarquistas (y otros revolucionarios). También hay rebeldes, luchadores, atracadores... Pero no son todos los están, ni están todos los que son.

Estas confusiones han conducido hasta el hecho de inflar descaradamente (fuese la intención mejor o peor) las cifras de huelguistas participantes en la última huelga de hambre colectiva. Y aún queremos ir más lejos: ¿dónde están los "luchadores irreducibles" que salen en "libertad"?, ¿qué hacen?, ¿de qué forma prosiguen la lucha y se solidarizan con sus "hermaos presos"? Cuántas palabras que se las lleva una simple brisa...

¿Hasta qué punto es rebelde o revolucionario quien atraca-roba-expropia para "vivir" a todo trapo (es que a todo se le llama Vida)? Sí, de acuerdo, no se vende por un sucio salario, no se prostituye ocho horas al día, ni cuatro. Puede conservar el odio al estado (porque lo asocia a la cárcel), pero... El odio al capital es otro tema. Habladle de abolir el podrido dinero, pero a la vez tratad de darle alguna respuesta a cómo podrá entonces tener ese buen coche, buena ropa y buena fiesta, si no queréis que os mande rápidamente a la mierda.

El hecho de atentar contra la propiedad privada puede significar, de forma consciente o inconsciente, estar contra la desigualdad social, pero no podemos ser tan ilusos como para pensar que siempre es así. Quizás se atenta contra la propiedad privada por no estar de acuerdo con la distribución actual de la misma (por querer más trozo del pastel), no por rechazar la propiedad, ni siquiera la desigualdad.

El pensar en conseguir la pasta necesaria para "montar un pequeño negocio y vivir de las rentas" no significa otra cosa que la aceptación o claudicación ante las ideas capitalistas.

Por nuestra parte tenemos claro que nuestros compañeros, presos o no, son rebeldes y anticapitalistas, de hecho o en potencia, pero no burgueses en potencia (aunque atraquen en lugar de trabajar). A estos les consideramos sin lugar a dudas nuestros enemigos, por triste y penosa que haya sido su vida antes y después de su paso por la cárcel.

Tantas ganas tenemos de ser más, que vemos anarquistas donde no los hay. Se es anarquista o revolucionario por convicción, no por conveniencia. Esto, tan evidente y simple, nos lo han tenido que recordar decenas de veces algunos amigos y compañeros que tenemos en las cárceles.

Nos hemos apropiado de una engañosa barita mágica que, simplemente por proximidad o contacto, va adjudicando la etiqueta de "anarquista" como si de un simple adjetivo se tratase. Como se vio que se iba un poco la mano y lo de las "masas anarquistas dentro de las prisiones" no se sostenía por ninguna parte, se optó por un término algo más genérico y fácil de otorgar. Y así aparecieron las "masas de rebeldes sociales" que pueblan hoy las cárceles...

Idealización, casi mitificación, de los que apoyan a los "compañeros presos"

No sólo les hemos puesto en un pedestal a ellos, sino que nos hemos subido nosotros también. Hoy, para ser algo o alguien dentro del movimiento presista, tienes que escribirte con al menos tres de los presos más conocidos y admirados (y, a poder ser, hacerte colega de ellos), darte a conocer todo lo que puedas y no mandar menos de X cartas a la semana (no concretamos cifra porque dependerá de la fama del destinatario en cuestión; algunas cartas valen por dos o, incluso, por tres).

De esta forma podrás participar sin problema alguno en las tertulias presistas (sea mediante reuniones o mediante cartas con otros "puntos de apoyo") y navegar por las páginas presistas sin temor a no saber de qué ostias están hablando. Todos sabemos quién es fulanito, en qué cárcel está y de qué cárcel viene. Poco a poco iremos descubriendo con quién se escribe cada cual, con quién puede verse y con quién no, y así, "trazando lazos de solidaridad", se va formando la gran familia feliz presista. Si no somos hermanos, seremos primos, aunque sea lejanos. Todos tenemos cabida.

Así pues, los "solidarios con los presos" se constituyen en una categoría diferenciada (para alguno, incluso superior) de revolucionarios. No es dificil encontrarse con quien afirma que la "lucha contra las cárceles" es la lucha principal e indispensable porque la cárcel es la forma más clara de opresión por parte del estado. Nos negamos a establecer jerarquía alguna entre las luchas, pues el sistema de dominio no reposa sobre un exclusivo pilar, y sólo a través de un enfrentamiento global-integral tendremos posibilidades de acabar con lo que nos priva de la libertad que deseamos.

Fragmentando las luchas, especializándonos en una de ellas, y perdiendo la mirada en nuestro propio ombligo, muy lejos no llegaremos. No son pocos Ios que han olvidado por completo los demás frentes, ignorándolos consciente o inconscientemente. Hay quien ya no espera la Revolución porque la HACE, pero también hay quien ni la espera ni la hace porque ya no sabe qué desea además de la abolición del FIES, la excarcelación de los enfermos terminales, el cese de la dispersión... ¿Qué harán si un día caen los muros porque el estado deja de necesitar las cárceles para mantener el control?

No hay libertad en las cárceles pero tampoco la hay fuera de ellas, así que o la conquistamos plenamente o no habremos derribado ni un solo muro.

Grupos ¿anarquistas? de apoyo a presos

¿Anarquistas o, tal vez, asistencialistas? Éste es con toda seguridad el punto más serio y a la vez el más triste, ya que deja en evidencia la falta de criterio de Ios anarquistas para llevar a cabo una lucha con una teoría y, sobre todo, con una práctica tan propia como real.

¿Conocéis la historia de unos anarquistas que empezaron pensando que podrían luchar codo con codo con sus "hermanos presos" por la LIBERTAD y acabaron mandando recados, tarjetas de teléfono, giros y pasando comunicados? Ésa fue toda su lucha y sigue siendo la de muchos.

Nos hemos dedicado a editar boletines, revistas..., que, lejos de ser medios de comunicación entre personas y utilizarlo además como arma que ataca y transgrede los muros (cualesquiera que sean), han quedado en meros relatos personales que nada aportan y poco daño hacen, y en el peor de los casos han servido como páginas de contactos entre gente de dentro-fuera o fuera-dentro.

La cárcel es una institución y, como tal, tiene caras públicas que la representan y caras menos públicas que la sostienen. Tiene edificios e infraestructura. Tiene tantas facetas a las que los anarquistas podemos hacer sentir nuestra rabia...

No somos cristianos, ni budistas, ni presistas. No queremos apoyar ni asistir a los presos, tan sólo queremos que deje de haberlos fuera y dentro de las cárceles.

Sobre los Círculos de familiares y amigos

Ya hemos dicho que nos oponemos a las cárceles desde una perspectiva propia, que no es la misma que la de la Asociación por los Derechos Humanos, ni la de las diversas Coordinadoras y ONG's.

Algunos indican que lo que tendríamos que hacer es reunimos con los familiares de los presos y crear así una "red social", quizá similar a la que existió en tiempos de la COPEL. También se dice que podríamos dedicarnos a recaudar fondos para ayudar a las familias de presos que lo necesiten.

Pero no, no vamos a hacer nada de eso, porque, inevitablemente, estamos al lado de quienes se enfrentan a este estado de cosas (cárcel incluida), sean amigos o no de presos, tengan o no algún familiar dentro. Nuestro círculo, nuestro clan, nuestra gente, son los que desean ir con nosotros desde el principio y hasta el final, no quienes se quedarán a medio camino cuando hayan logrado suavizar y democratizar la cárcel, o cuando su hijo-hermano-amigo haya podido salir del aislamiento, esté en una cárcel más cercana o haya salido en libertad.

No queremos tampoco a nuestro lado a aquellos que no desean la cárcel para los suyos pero no se la cuestionan para los demás (o que consideran que quienes deberían estar dentro son los terroristas, y no se refieren precisamente al Estado-capital).

Y sobre las "familias", ¿no estábamos como anarquistas por la destrucción de la familia como institución opresiva, limitadora y impuesta? ¿O eso será después de acabar con la cárcel?

Comunicación real o ficticia

Otro aspecto curioso del presismo es su concepto de comunicación. Para Ios presistas, conocer o estar en contacto con alguien también es escribirse, de vez en cuando, una hoja con cuatro líneas (o con cuatrocientas) pero sin decirse absolutamente nada, sin compartir más que las típicas frases hechas que parece que vienen en algún tipo de carta-modelo que se debió distribuir al principio de esta "lucha". Escribir por compromiso no aporta nada ni a quien lo hace ni a quien lo recibe. Lo que hay que potenciar son las relaciones reales en las que tras el mutuo conocimiento e intercambio de ideas pueda surgir la complicidad, el compañerismo y/o la amistad. Pues mucho es lo que nos podemos aportar unos a otros, de lo cual puede salir fortalecida nuestra lucha.

Después está lo que ya no es ni comunicación: el cotilleo generalizado. Poco podemos decir sobre esto que todos no sepamos ya. Los chismorreos talegueros (tanto dentro como fuera) nada tienen que envidiar a los programas del corazón. Como decíamos antes, todos acabamos sabiendo quién es colega de quién, quiénes no se tragan, quién es "novio" de tal cual... ¿También forma parte esto de la "lucha presista"?

Desmitifiquemos al preso por su condición de recluido, porque tal condición no es más que una imposición del Estado. El, antes que preso, es PERSONA, y como tal tendrá sus ideas e inquietudes. En base a éstas estableceremos o no nuestras afinidades-complicidades.

Desmitifiquemos la "lucha contra las cárceles", pues muy a menudo no deja de ser un simple apoyo y responde más a un sentimiento caritativo hacia el que se considera débil e indefenso, que a un deseo real de acabar con la institución penitenciaria y el estado de las cosas que la hace necesaria.

ORGANÍCEMONOS Y LUCHEMOS POR EL COMUNISMO LIBERTARIO.